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Por Libros y Letras El último suspiro de mi corazón
Rosa Katherine Casanova Silva. Mientras me hallo aquí recostada en mi suave cama mi mente visualiza el paraíso, en el los días pasan sin dejar huellas trágicas, los animales y los humanos conviven en una paz infinita.
Mientras mis labios toman el sabor amargo de una cáscara de toronja, veo tus ojos que retiran su enfoque hacia una luz multicolor hermosa que te cubre a medida que te alejas de mí.
Al parecer me encuentro sola, abandonada en esta cama, los siglos pasaron en mí como huracanes en la florida, mi cuerpo damnificado se halla devastado por las penas que las personas causaron en mi corazón y mi mente.
He vivido tantas penurias que la misma sal es dulce en comparación con la esencia de mi vida, la música melancólica que acompaña mi padecer no retrasa ni adelanta, ni detiene el fallecimiento de mi alma. Las voces cruzan el pasillo, su sonido es perturbador y desalentador, sé que mi hora ha llegado pero tú la espalda me has dado.
De qué sirve vivir sin tus manos acomedidas que me levantaron en las peores derrotas, ya no es una vida justa porque tú no estás para solucionarla, no debí encargarte mi conciencia y mis responsabilidades, pero tú me mal acostumbraste, tu creaste en mí esa dependencia enfermiza que en unos minutos ya no servirá de nada, nadie recordara la existencia de esta fracasada, un saco de huesos más con que rellenar un terreno.
Si vinieras a despedirte ahora sé que me recuperaría milagrosamente, así que ruego a los cielos en los que nunca creí que por favor no te aparezcas más en mi existencia material. Juro ante mi lecho de muerte que en la otra vida no permitiré que me mal acostumbres, igual las cosas serán distintas, pues tú no caerás al infierno como yo, puesto que tu vida ya fue un infierno caracterizado por esta Lucifer que en segundos perderá todo conocimiento de la maldad que te hizo.
Cinco, cuatro… veo todo claramente, mi vida se acorta, un hilo de aire es lo último que puedo percibir, cierro mis ojos, los doctores se alarman…. Mi corazón se detiene.
Por Libros y Letras El último suspiro de mi corazón
Rosa Katherine Casanova Silva. Mientras me hallo aquí recostada en mi suave cama mi mente visualiza el paraíso, en el los días pasan sin dejar huellas trágicas, los animales y los humanos conviven en una paz infinita.
Mientras mis labios toman el sabor amargo de una cáscara de toronja, veo tus ojos que retiran su enfoque hacia una luz multicolor hermosa que te cubre a medida que te alejas de mí.
Al parecer me encuentro sola, abandonada en esta cama, los siglos pasaron en mí como huracanes en la florida, mi cuerpo damnificado se halla devastado por las penas que las personas causaron en mi corazón y mi mente.
He vivido tantas penurias que la misma sal es dulce en comparación con la esencia de mi vida, la música melancólica que acompaña mi padecer no retrasa ni adelanta, ni detiene el fallecimiento de mi alma. Las voces cruzan el pasillo, su sonido es perturbador y desalentador, sé que mi hora ha llegado pero tú la espalda me has dado.
De qué sirve vivir sin tus manos acomedidas que me levantaron en las peores derrotas, ya no es una vida justa porque tú no estás para solucionarla, no debí encargarte mi conciencia y mis responsabilidades, pero tú me mal acostumbraste, tu creaste en mí esa dependencia enfermiza que en unos minutos ya no servirá de nada, nadie recordara la existencia de esta fracasada, un saco de huesos más con que rellenar un terreno.
Si vinieras a despedirte ahora sé que me recuperaría milagrosamente, así que ruego a los cielos en los que nunca creí que por favor no te aparezcas más en mi existencia material. Juro ante mi lecho de muerte que en la otra vida no permitiré que me mal acostumbres, igual las cosas serán distintas, pues tú no caerás al infierno como yo, puesto que tu vida ya fue un infierno caracterizado por esta Lucifer que en segundos perderá todo conocimiento de la maldad que te hizo.
Cinco, cuatro… veo todo claramente, mi vida se acorta, un hilo de aire es lo último que puedo percibir, cierro mis ojos, los doctores se alarman…. Mi corazón se detiene.
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