Las horas de la noche son el tiempo ideal para pensar
el arte no sólo desde su ser sino desde la intención que queremos inducir desde
aquello hermoso que producimos. Podríamos pasar la vida eterna escribiendo sin
parar, pintando sin parar, creando personajes, bailando… en fin eternizando la
obra desde ese lenguaje estético que la luz de la luna nos ayuda a vislumbrar.
Partiendo de la razón de ser y crear el símbolo que
represente la realidad, surge el arte como una necesidad humana de comunicarse,
el arte rupestre se convirtió en el primer lenguaje estético y semiótico del
ser humano. A su vez estas representaciones pictóricas se convirtieron en los
primeros códigos comunicativos de nuestra especie.
La línea cronológica de la historia del arte siempre
la han planteado separada de la comunicación, excepto en los 60´s cuando la
contracultura se apropia de los medios masivos. En su evolución la expresión
artística se ha ido apropiando de diferentes herramientas: el lenguaje audiovisual,
corporal, la pintura, las notas musicales y los ritmos, son diferentes
clasificaciones de los códigos comunicativos que emplea el arte.
La acción comunicativa en la interacción social entre
humanos es tal vez un hecho sencillo de contemplar mientras que una acción
comunicativa en el arte implica otra serie de etapas de comprensión de la obra,
no sólo en tiempo sino en profundidad. El mensaje es en el arte más contundente
e incita más a la respuesta activista, pues su ideal es jugar con las sensaciones
irracionales y espirituales de quien lo recibe permitiéndole la introspección
en su consciencia.
Es necesario que la comunicación en el arte no se base
simplemente en la creación de medios masivos que hablen de arte, promuevan el
arte y vendan arte. La idea funcionalista de emplear medios para llevar el
mensaje y vender una ideología les queda bien a los partidos políticos más no a
las escuelas de arte contemporáneo.
Por tal razón la comunicación que llamamos
“Alternativa” se apropia de las herramientas pero también crea otros códigos
que educan al receptor de manera crítica. Esta postura se acerca más a la
necesidad que tiene el mundo contemporáneo, el cual no sabe de arte, no se toma
la obra en la contemplación y el mundo necesita formación en arte para poder
crear nuevas realidades.
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